O escrito que podedes leer a continuación non é obra dunha reflexión propia, senón dun apreciado amigo que ten un don para a escritura que a min me recorda a algún escritor famoso ó cal non lle vou facer publicidade porque sería ofrecerlle ó lector unha rebaixa gratuita do nivel do meu amigo que non ven a lugar.
Contade o que vos pareza, si vos prace:
"Algunos amigos me llaman “rojo”, otros eligen “facha”. Ellos deciden, mediante la creación de ideologías estándar (fáciles de copiar, distribuir y cantar sin entender; probablemente fabricadas en China) el paquete de posiciones ideológicas que debes de adoptar si estás de un lado o de otro.
Si estás en contra de la huelga tienes que estar ciego, borracho o directamente ser de mirada por encima del hombro. Por el contrario, si crees que no yendo a trabajar favoreces el progreso de un país, has de entender que tirar piedras y botellas a los policías está siempre justificado en estas jornadas de “tensión”, que el color azul oscuro es siempre sinónimo del mal.
La pereza suele atacarme a ráfagas huracanadas cada vez que me asomo a la información, los 30 minutos que dedicaba a leer periódicos con el desayuno ahora son 3 y el resto se van con novelas y aventuras. Todo por no asumir que siento ser de un país de gilipollas al que volver ni es posible, ni me apetece ya.
Pero antes de sacar las maletas del armario y bajarlas al trastero, donde se quedarán un lustro, dos o los que necesite, quiero escribir a todos los que hayan llegado hasta el cuarto párrafo para quitarme el posible “sanbenito” de cómodo.
Creo que la actitud de los españoles es de súbditos y no de ciudadanos. Durante años nos tocamos la mandanga tomando cervecitas entre horas, comprando un coche de puta madre, sin ir a votar porque estábamos de resaca, diciendo “a mí la política no me interesa”, qué más da lo que yo haga porque todo seguirá igual, etc.
Como el campesino medieval, que permitía que su señor le quitara la cosecha mientras no faltase la comida sin mover un dedo hasta que venían hambrunas y “pedían cuentas a Dios y a su puta madre”. Un par de guardias muertos, un poco de pan arrojado por la ventana y calma chicha.
Como el español que echó al francés cuando se sintió insultado y permitió volver a Fernando VII mientras gritaban “vivan las caenas”.
No hemos cambiado nada y tenemos lo que nos merecemos: un país pobre, violento, analfabeto y que renuncia voluntariamente a la soberanía. Con huelgas así les entregamos las llaves a los alemanes. No pasa nada, ya nos quejaremos cuando estén dentro."
Escrito por Fernando Méndez Morán, apreciado amigo e creador de escritos que sempre me invitan a darlle ós miolos, o meu agradecemento...
Plaza América de Vigo |
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